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Es altamente posible que antes de la década de los setentas yo hubiera pisado por primera ocasión el Autódromo de la Magdalena Mixuca, como antes se conocía al Autódromo Hermanos Rodríguez. Estuve ahí en el último Gran Premio de México de F1 de la primera época, viendo como se atravesaba la pista un perro frente a los coches y la gente se apostaba a ver la carrera del otro lado de la alambrada sin mayor precaución, motivos por los cuales nos quedamos por muchos años, sin Fórmula Uno en este país.
Desde entonces he visto muchas competencias ahí, casi siempre acompañado de una cámara, mis primeras fotos de carreras de coches fueron en ese escenario a los once años. Incluso llegué a estar en pits varias carreras cuando mi hermano corría en la popular y divertida Fórmula Pony, hace ya algunas décadas. Fui en el 86, orgulloso con mi primer gafete de prensa, tomando fotos incluso en pits y en paddock, de mi gran ídolo de la máxima categoría, Alain Prost. La primera vez que recorrí el autódromo, en su trazado original, fue como a los 7 años a bordo del coche de mi padre que no tengo idea de como se coló después de una carrera. Él conocía a mucha gente del medio, fue miembro del Club Roda y más que nada, toda su vida trabajó en el mundo automotriz, para Ford básicamente. Hay cosas que actualmente hago y no puedo desligarlas de mi padre, mi pasión por la fotografía y por los coches, lo que no se hurta se hereda dicen por ahí. Así que he aquí fotos de un día de Autódromo, en algo llamado Gran Premio Histórico de México, hace unos años. Más que una carrera, un paseo por la pista por el puro placer de manejar joyas bien conservadas de la industria automotriz de hace ya algunos ayeres. |
Autor
Eugenio Robleda Archivos
Agosto 2023
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