Mi colega y mejor amigo José Antonio, bastante conocido y reconocido ampliamente como Duch, en el mundo del automovilismo de ésta ciudad y sus alrededores, me pidió que lo apoyara como fotógrafo en la novena edición del Gran Premio Histórico y yo, que más tardan en decir rana que yo ya esté pegando brincos, sobre todo en un evento de ésta clase, ya estaba con las dos cámaras al hombro y mochila con el resto del equipo a la espalda. La paga no era el atractivo principal, cómo de costumbre, amor al arte supongo que sigue siendo lo que me mueve... Uno llega temprano para sortear los obstáculos de siempre, acreditaciones, llenar formatos, buscar pulseras, colocarte chaleco, preparar equipo y a empezar la ceremoniosa tarea de estrechar manos a diestra y siniestra. Ver caras y recordar nombres es motivo de un esfuerzo agotador, retomar asuntos pendientes y concertar nuevas citas a cada apretón de manos, abrazos y por qué no, alguna que otra selfie como con mi buen amigo Kons, que como en duelo del viejo oeste, el que sacó primero el teléfono disparó la foto, en esta ocasión, él ganó... Saludar a Franc Name y que me recordara auguraba un buen día, por si fuera poco, Pancho también me saludaba y por la expresión de su cara asumo que él también intuía quien era yo. Seguir caminando y encontrar entre la muchedumbre al buen Luisito García Berumen junto con Freddy Van Beuren, con quien tuve la oportunidad de cruzar algunas palabras acerca de uno de los coches que su padre construyera y del que yo tengo una foto tomada por mi padre en el que se ve a Mario Mercader conduciéndolo, supongo, por alguna carretera de éste país. Así empezaba el día entre, saludos, apapachos, patadas, carcachas, coches, prototipos de hace algunas décadas, algún F1 y mucho más joyas de la industria automotriz. Coches que iniciaran la producción en serie como varios Modelos A que por ahí rodaban; un fastuoso Ford GT blanco impecable; exóticos como Ferraris y Lambos que por ahí deslumbraban; los divertidos y carismáticos Minis; hasta piezas únicas como el Fórmula de los Solana y alguno que otro más como el antecesor directo del Shelby Cobra, uno de los pocos, o quizá el único AC que aún se deja ver por éstas latitudes. Al ser un evento un tanto diferente a los que acostumbro asistir, la gran mayoría de los participantes me resultaban desconocidos, aún así pude saludar al buen Carlos Pani, siempre con una gran sonrisa y a quien he tenido la oportunidad de hacerle un par de libros ya, uno de la Pana del 2017 y otro del Endurance 24 del año pasado. También saludé a mi ex compañero de la secundaria en el Williams, Guillermo Shmidt y su hijo Walter a quienes les estoy terminando su libro de la Pana del año pasado. También pude saludar a Adrián Ramírez quien ahora llevaba un hermoso Stingray y al infaltable Rafa Maggio, activo fijo del legendario AHR. Hay gente con la que no coincido mucho en el AHR pero agradezco y disfruto los pocos minutos que por suerte nos cruzamos, como con mi querido Ralston, a quien tenía muchos meses de no ver, siempre con su chaleco de prensa, su inconfundible sombrerito, que ahora no le sirvió de un carajo por que ya parecía gamba el pobre y su Canon colgada la hombro; o a mi muy estimado Roberto Mendoza papá, a quien en los escasos minutos que nos detuvimos a saludar, le platiqué que, recién, le había tomado a una foto a Roberto, su hijo, que lo haría sentir muy orgulloso de él. El resto del día transcurrió para mi en las "eses", en donde pude saludar a mi buen amigo y Oficial de Pista Mario Ernesto Villarreal, muy puesto en su puesto al final de la zona de curvas, al principio de la recta que lleva al Foro Sol. El resto de lo que sucedió y disfruté, se los dejo en la siguiente galería, espero que les guste, bye! |
Autor
Eugenio Robleda Archivos
Agosto 2023
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