Un circo como La Carrera Panamericana, mueve por una gran parte de las carreteras de este país durante unos siete u ocho días, a un contingente, sin temor a equivocarme, de unas seiscientas personas, a ojo de buen cubero. Si bien los reflectores se los llevan las tripulaciones, pilotos y copilotos son las estrellas por sobradas razones, el mundo que gira alrededor de ellos está compuesto por todo su equipo técnico, mecánicos, choferes, asistentes, gente de logística, chefs (además del combustible de los autos, las tripulaciones eventualmente se alimentan de algo más que gasolina), familiares, novias, novios y una que otra amante (según chismes que uno, sin querer, se entera). La organización es otro contingente fuerte, al que se le suman además del staff de logística y montaje: controles; médicos; policía federal; policías locales; ambulancias; vpi's; grúas; equipos de rescate y barredoras, etc... Y por si esto fuera poca cosa, vamos esos que nos encargamos, de una manera u otra, a dar cuenta de lo que sucede. Algunos medios internacionales, nacionales y locales; reporteros, fotógrafos y videoastas de equipos y/o patrocinadores, toda una fauna muy particular, a la que yo pertenezco. Con muchos de ellos sólo nos vemos esos siete, ocho o todos los días, en ocasiones sólo nos vemos uno de los tantos días que dura La Pana. Con algunos me veo en otros eventos como el Chihuahua Express, el Rally Maya o en pistas en diferentes seriales como la Copa Notiauto o la NASCAR. Con no pocos la cosa va más allá y tenemos una relación mas cercana. Así pues aquí ellos, otros buenos amigos y uno que otro colado del mundo de los cochecitos, que en donde quiera que se organice un evento motor de cuatro ruedas, los podrán encontrar, sin lugar a dudas.
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Autor
Eugenio Robleda Archivos
Junio 2023
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