Algunas fotos del automovilismo mexicano en la década de los cincuenta, fotos tomadas por Luis Robleda Cevallos, mi padre.
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Cual auténtica caravana del viejo oeste, un buen grupo de nómadas, suben a sus familias a sus carretas y parten en busca de aventuras. En la noches se reúnen, comparten la cena y aparecen las bromas, historias, anécdotas y muchas risas. A diferencia de aquellos tiempos, ahora recorren caminos asfaltados y no sobre carretas, en automóviles clásicos, casi de la misma época de las calesas pero en todo caso, en impecables condiciones. No habrá apaches que le pongan emoción al trayecto, pero si los esperan en cada parada, después de cruzar estrechos caminos, en ocasiones cubiertos de neblina o un sol penetrante, platillos regionales elaborados con exóticas especias e ingredientes locales, con ancestrales recetas, que son una verdadera aventura para el paladar. Por supuesto, como en otros tiempos, junto la convivencia, siempre la alegría corona los buenos momentos. Luis Argüelles, amante de su estado, la comida y los autos clásicos, decidió un día conjuntar todas sus pasiones y junto con Pia, su adorable esposa, sus dos hijos y un pequeño staff de colaboradores muy cercanos, organizan el Puebla Classic Tour desde hace unos cuatro años, e invitan a medio centenar de amigos con sus impecables autos clásicos y sus familias, a disfrutar del camino manejando verdaderas piezas de museo de la industria automotriz, admirando los hermosos paisajes, ciudades y “Pueblos Mágicos” del estado de Puebla y deleitándose con la comida regional. No es un evento de carreras como se supondría tratándose de autos, no, acá no hay prisa por llegar primero a la meta, acá el premio es celebrar la vida cinco días con los amigos, que son esa otra familia, compartiendo la misma pasión. No hay mejor trofeo, no existe mejor recompensa. Este año el punto de encuentro fue en Africam Safari, muy cerca de la Capital del Estado. Ahí se les entregaron los paquetes, que, entre otras cosas, contenían las tradicionales imágenes con los logos del evento y los patrocinadores oficiales que cada auto debe portar para su debida identificación. Después del obligado recorrido por el famoso zoológico y la respectiva comida compuesta por un basto y variado buffette, la caravana se dirigió a Puebla para descansar ya que al día siguiente el camino esperaba. El viernes todo el contingente tomó camino con dirección al norte del Estado, una parada intermedia en Zacapoaxtla los empezaría a poner en el mood, como dicen los gringos, de lo que les esperaría los días siguientes en los que con, Cuetzalan como base, recorrerían sus alrededores llenos de sorpresas, zonas arqueológicas, paraísos entre la niebla y la lluvia, magia y misterio de esos verdaderamente “Pueblos Mágicos”, tan llenos de aventura, cultura y tradiciones enmarcados en una deliciosa mezcla de atractivos prehispánicos y coloniales. Sin más, dejemos que las imágenes hablen por si solas... El Autódromo Hermanos Rodríguez o "Magdalena Mixuca" en épocas de "La Peraltada" y "La Horquilla" Para mi, sin duda alguna, el mayor atractivo visual que representa una carrera de 24 Horas, son las fotos nocturnas. Por una parte por que la mayoría de las carreras se corren de día, por lo que tener actividad nocturna en una pista sólo suele ser cuando se celebran los arrancones nocturnos a los que no soy muy asiduo. Tomar fotos en la noche tiene su reto, no sólo el técnico, si no en ocasiones es complicado encuadrar bien la toma dadas las condiciones, poca claridad que te permita ver adecuadamente la escena, contra las deslumbrantes luces de los coches. La magia empieza cuando la puesta de sol les anuncia a los pilotos de que es momento de encender las luces de sus autos. El cielo incendiándose en el horizonte y los faros de los coches iluminando la escena contra el negro de la pista, enciende y contrasta el colorido de los coches, ya de por si con una cromática sumamente atractiva, que estalla en los ojos e incrementa las emociones. La actividad nocturna en pits, ya de por sí intensa, a esas horas se torna más dramática. Los fuegos artificiales alegran la noche y son un respiro para las largas horas nocturnas que se avecinan. Y el amanecer, ese frío amanecer que ilumina respetuosa y tímidamente los rostros de todos, que ya lucen los estragos de por lo menos 16 horas de extenuante carrera y sobre todo, de la larga y fría noche. Podría decir tantas cosas más de por que ésta es la parte de este evento que más me atrae cubrir, pero si mis fotos no logran más que mis palabras, de nada sirve seguir escribiendo. Les dejo éstas fotos, seguro de que lograré transmitirles la misma emoción que a mi me provocó el hacerlas... En octubre de 2014, con La Carrera Panamericana de ese año, nace la idea de producir memorias gráficas personalizadas. Un poco con la idea de ofrecer un producto que le diera un valor agregado a las imágenes que adquirían los participantes de los eventos de automovilismo, por otro lado la necesidad de mantenerme cerca de los rallies y carreras y, por qué no decirlo, de encontrar un modus vivendi que me permitiera disfrutar de varias pasiones: los autos; la foto; los viajes por carretera y el diseño editorial.
En 2015, un buen amigo mío me sugiere que creara una marca a esto que empezaba a crecer en un afán de diferenciarme de la posible competencia y así es como nace One Way Books®. Después de 5 años no puedo decir que seamos los mejores, porque seguimos siendo los únicos que ofrecemos este tipo de servicio que sigue creciendo cada año. En un principio sólo fue la Panamericana, los siguientes años se sumaron: El Chihuahua Express; El Rally Histórico Transpeninsular; La Copa Notiauto; La NASCAR; El Rally Maya México; el Endurance 24 el año pasado y este año el Puebla Classic Tour. El próximo año terminaremos de editar el primer libro de One Way Books Special Editions, en donde más allá de una memoria gráfica, este proyecto esta orientado al rescate del material fotográfico, memorabilia, trofeos y todo lo demás que los pilotos van atesorando para poder tenerlo en un documento histórico personalizado. Gracias a todos los que en un principio confiaron en mi y que sin tener nada que mostrarles, se aventuraron conmigo en esta carretera llena de adrenalina y buenos recuerdos. Hoy ya hay 129 muestras de lo que hacemos y un nombre que la gente ya conoce e identifica. Gracias a todos y cada uno de los que aparecen en estas 129 imágenes, 129 historias de coches y sus tripulaciones, sigamos rodando que el camino aún nos depara muchas emociones que atesorar en libros de One Way Books® Eugenio Robleda E. Desde hace 14 años, el estado más grande se ha convertido en la sede de una de las competencias en carretera más escénicas y espectaculares de nuestro país: el Rally Chihuahua Express. Durante tres días los competidores, organizadores y público se concentran para disfrutar de una contienda única y con un alto contenido de emociones. En 2019 el Rally Chihuahua Express una vez más se convirtió en una cita que más allá del interés automovilístico deportivo, es un suceso en el que se encuentran pilotos y navegantes de reconocida experiencia con celebridades y aficionados que comparten la ruta y la posibilidad de disputar un buen lugar en la clasificación final. Cada uno de los tres días reviste un encanto especial, pues se trata de recorridos totalmente distintos entre ellos, con la apariencia de haber estado en tres mundos muy alejados. Día 1. Chihuahua-Ciudad Madera-Chihuahua Al recorrer la singular zona de los campos Menonitas, nos trasladamos a una época y lugares que supondríamos extintos. La curiosidad y el asombro de los muy tradicionales habitantes Menonitas ante el paso de los autos de competencia, causa sorpresa y mucho interés en todos los participantes del rally sin importar cuantas veces hayan estado ya en la ruta en ediciones anteriores. En el camino, la combinación de etapas rápidas con zonas sinuosas, desafían la preparación de los autos y la capacidad de manejo de todas las tripulaciones. Pero la ida y vuelta a Ciudad Madera no da ninguna pista sobre los desafíos de los siguientes dos días. El día emocionante al terminar conserva grandes expectativas para el resto del rally. Día 2. Chihuahua-Divisadero-Chihuahua Para muchos de los participantes, este segundo día es el más deseado y de manejo más exigente de todo el recorrido. Atravesar el corazón de la Sierra Tarahumara hasta llegar a la Barranca del Cobre se convierte en una ruta imposible de duplicar en cualquier otra parte del país. Los antiguos pueblos madereros nos van envolviendo entre camino y camino para finalmente conocer o reencontrar la imponente Barranca del Cobre en el extremo del Divisadero. Los Rarámuris en su tierra original, respetan sus tradiciones, indumentaria y costumbres. Todos los participantes emprenden el camino de regreso igualmente admirados tanto de la Barranca como de sus habitantes. Día 3. Chihuahua-Ojinaga-Chihuahua Después de los dos primeros días, el interés particular por conocer el ardiente desierto fronterizo sigue teniendo a los competidores a la expectativa. Llegan a la frontera del estado y del país en el día de etapas más rápidas de todo el rally. Para los que están todavía con la impresión del día anterior de la magnificencia de las vistas en Divisadero, este tercer día les reserva otro gran momento con las vistas espectaculares del Cañón del Pegüis unos kilómetros antes de llegar a Ojinaga. Una breve parada en los linderos de la Nación y vuelven todos rumbo a la capital del estado anfitrión, sin dejar de concentrarse pues estas últimas etapas son muy rápidas y pueden tener resultados sorpresivos si no se aplican todos los sentidos. Al llegar a Chihuahua la satisfacción es enorme, pues han completado tres días de emociones intensas y conocido con detalle una ruta que no se parece a ninguna otra en México ni en el mundo. El anhelo de volver para el año siguiente queda muy grabado en el corazón de todos. Como dice el corrido: ¡Que bonito es Chihuahua! |
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Eugenio Robleda Archivos
Enero 2021
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